Pocas veces he conocido pareja como esta de la que les voy a contar. Es de esas historias de película que uno cree que no suceden en la vida real, pues les tengo una noticia, si suceden! Una pareja joven con sueños, proyectos y un amor el uno hacia al otro de esos que no se ven todos los días.
Trabajan en la misma empresa y nunca se cruzaron dentro de esta, si es una empresa muy grande. Una noche coincidieron en un lugar, entre amigos y allí comienza su historia de amor, a pesar de que ella le dio trabajo, no fue tan fácil conquistarla; pero es que es cierto aquel dicho, el que persevera vence! y vaya que Domingo venció, al mes de novios ya estaban viviendo juntos y a los tres meses ya Zoe lucia su precioso anillo de compromiso.
Cuando llegaron a mi, solo tenían una exigencia para el lugar donde debía realizarse la ceremonia y es que tenia que ser en arena; aunque si no se conseguía se conformaban con un sitio con vista al mar, esto si no era negociable. Decidieron que la fecha de la boda tenia que ser justo el fin de semana de más ajetreo en la Isla. Entre tantas opciones con las que contamos, justo ese sábado no hay una sola locación disponible. Pero resulta que ellos siempre se quisieron casar el día 4 y ese en particular aquí en nuestra Isla Bonita era feriado, y la casa que querían estaba disponible y todo encajo como por arte de magia.
Todo se fue dando de manera super sencilla y con fluidez, a pesar de algunos contratiempos que no vienen al caso y que son hechos fortuitos alejados de la boda; pero que a pesar de estos los novios no podían ser mas relajados.
Desde el principio el diseño de toda la boda estaba clarisimo, una cena para toda la familia, en una mesa imperial donde todos podían compartir con comodidad, la decoración estilo vintage romántico, la ceremonia por supuesto tenia que ser en la playa, y dentro de todas nuestras conversaciones surgió la idea de que debíamos colocar un rincón dentro de la boda, donde ellos le pudieran contar a sus invitados su historia, incluyendo algunos elementos que los caracteriza no solo como pareja, sino de manera individual, que casualmente (o destino) eran básicamente los mismos.
Fue una boda soñada, todo fluyo de manera increíble, aunque esa mañana nos informaron que no podíamos realizar la ceremonia en la playa, pero menos mal siempre hay un familiar que nos puede ayudar con estos casos, y la ceremonia fue tal cual como la soñaron en la arena y pudieron contar su historia en aquel rincón, donde no solo ellos fueron los protagonistas!
Foto por: @albumboda
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